Antonio Illanes Rodríguez es el autor de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, talla que esculpió a la edad de 40 años. Nació en Umbrete, el 9 de octubre de 1901, y con 5 años se trasladó a vivir a Sevilla, donde moriría un 2 de mayo de 1976 elevado como uno de los grandes imagineros del siglo XX. Hijo de ricos labradores, desde niño sintió una gran admiración por la madera, siendo unos de sus primeros trabajos las labores desempeñadas en un taller de carpintería. Ingresó muy joven en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla, en la sección de escultura, siendo su primer y principal maestro Francisco Marco Pintado. También conocería al gran imaginero sevillano del siglo XX, Antonio Castillo Lastrucci, con quien mantendría una larga amistad.Estudió en la sección de Bellas Artes de la Escuela de Artes y Oficios, ganando en 1927 el primer premio de escultura del Ateneo de Sevilla, recibiendo en 1929, la imposición de la Orden Civil por el propio Rey Alfonso XII, por su trabajo durante la Exposición Iberoamericana.
Estableció su taller y vivienda en la calle Quesos, actualmente llamada Antonio Susillo, de quien Illanes fue gran admirador e incluso se convirtió en biógrafo de Antonio Susillo. Se casó con Isabel Salcedo, la cual le sirvió de modelo para la Virgen de la Paz, de Sevilla.En 1931 ganó la pensión de la Diputación de Sevilla para ampliar sus estudios en el extranjero, marchando a París y Roma. También llegó a realizar trabajos para Hispanoamérica. Cuando volvió de París y Roma abrió un estudio en Madrid, donde generó numerosas esculturas profanas, muchas de las cuales se encuentran en el Parque de la barriada de la Concepción.
En 1942 obtuvo el primer premio en la Exposición de Arte Sacro celebrado en Madrid por el Cristo de las Aguas y en 1974 recibió el nombramiento de Académico de la Universidad de Bellas Artes “Santa Isabel de Hungría”, aparte de recibir la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, ser miembro de la Academia de Santa Apolonia de Goteborg (Suecia), ser nombrado hijo predilecto de Umbrete (Sevilla) y pertenecer como hermano a la Hermandad de la Sagrada Lanzada de Sevilla. Otra faceta más desconocida de este gran escultor-imaginero fue la poesía. Además de ser un espléndido escultor, era un hombre culto que luchó por la conservación del patrimonio histórico y artístico de Sevilla, que llegó incluso a comprar la Venta de los Gatos, para evitar que fuera derribada y trató de impulsar la creación en ella de un museo dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer, idea esta que no fue secundada por los administradores públicos sevillanos.
Antonio Illanes, padre del Nazareno Illanes sintió gran admiración por Juan de Mesa (casi con seguridad escultor de la antigua imagen del Nazareno) y demás maestros del barroco desde muy joven, gustando de ese realce de realidad que inspira la devoción en los fieles, dando a su obra una perfecta conjunción entre lo clásico y lo moderno, basándose en la naturalidad y un gran realismo expresivo mediante la técnica de gubia suelta y movida, como son el caso del Nazareno o el Señor de la Victoria.
Poseía gran maestría al trabajar el barro y la escayola, los cuales posteriormente eran pasados por puntos a madera, siempre con un estilo serio, realista y clásico. El mismo realizaba todos los trabajos, incluida la policromía, puesto que pensaba que un imaginero tiene que ser igualmente pintor, utilizando tonos planos y naturales para conseguir la austeridad. Además dominaba perfectamente la piedra, mármol o bronce, siendo también un gran retratista. En Ciudad Real Capital nos dejó a Nuestro Padre Jesús Nazareno y las figuras del Ecce Homo, Pilatos y el soldado romano en 1944 para la Hermandad de Pilatos. Obras de Illanes en Sevilla capital podemos citar al Cristo de la Sagrada Lanzada (1929), Virgen de la Paz (1939), Señor de las Penas de la Hermandad de San Roque (1939), cuyo nazareno guarda un gran parecido con nuestro titular, Cristo de la Victoria de la Hermandad de la Paz (1940) y el Cirineo de la Hermandad de San Roque (1963). También llevó a cabo en 1954 la restauración del Gran Poder.
Murió el lunes 2 de mayo de 1976, justo después de la Feria de Abril, a causa de una peritonitis cuando contaba con 74 años de edad, dejando un Crucificado sin terminar, con los clavos traspasando las muñecas y no las palmas de las manos como tradicionalmente se representa. Un deseo que no llegó a cumplir durante su vida de imaginero fue tallar un cristo yacente. El 22 de octubre de 1976 en la casa donde vivió en Sevilla Antonio Illanes, el Alcalde D. Fernando de Parias Merry, descubrió una lápida en recuerdo y homenaje al artista. Desde el jueves 22 de noviembre de 2001 y hasta principios del año 2002, la Hermandad de la Paz de Sevilla conmemoró con una serie de actos el Centenario del nacimiento de Antonio Illanes, 1901-2001. En el año 2004 la Hermandad sevillana de la Lanzada homenajeó al escultor con una exposición en su casa hermandad en el 75 aniversario de la Ejecución de su Titular.